autónomo caminante de mi cuerpo
que esgrime sus razones convexas
donde se concentran la intuición
y el deseo.
Desde la tierra de mi vientre la voz,
de mi útero las contracciones
El resto, a ti no te engaño,
son sólo palabras.
Desde la tierra de mi vientre la voz,
de mi útero las contracciones
que le dan forma.
Únicamente así podré ser fuente
de agua, de aire, de fuego.
de agua, de aire, de fuego.
El resto, a ti no te engaño,
son sólo palabras.
Precioso. Es necesario oír la voz que sale de la tripa.
ResponderEliminarAsí visto parezco Doña Rogelia...🤔😩😂
ResponderEliminarNo. Doña Rogelia no hablaba con su tripa sino con la de su “dueña”... y usted no es un muñeco de nadie, no me líe ����
EliminarJajjajajajjaja Doña Carmen, entonces...
EliminarTampoco... �� Usted es María Fractal... o algo ��
EliminarTiene que ser María Fractal..!!Su poéma lo avala...!! Precioso Maria !🌷
ResponderEliminarAmelia, GRACIAS.
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