Tu amor como única reseña


No quise que nadie me oyera,
                                                salvo tú.
No quise quedar dormida
más que en tus brazos,
                                               a salvo. 


Y estar alerta aquí, donde el tiempo
marca las mareas de los peces.



Nostalgia


Muchos niños hablan de antes del tiempo,
recuerdan cuando eran más viejos:
algunos cuentan de barcos y grandes
navíos, otros sienten nostalgia
de algunos amaneceres,
los hay que concretan y hablan
de un bisabuelo que era su hijo.
Saben que vienen y saben a qué.
Cuando crecen se olvidan, 

otros aparentan que olvidan 
pero toman la pluma 
y la tinta por el papel des anda el camino...



¿Dónde cobijarse un rato,

dónde posar el vuelo,

dónde tu corazón, mi posada?

No puedo respirar bajo este cielo

de apnea...

¿dónde mi estrella?

Vino tu lengua
a morder mi silencio
y en medio de la saliva dulce
dejamos que ardiera el olíbano:
un crisol nuestras bocas,
un canto en sí bemol,
el milagro infinito de estar vivos.

Hoy he vuelto a Bidania


La casa se ha convertido en hotel,
ya no está el fantasma de la señora.
Se han descubierto los pasadizos
secretos, y han caído los doseles,
los crucifijos, los escudos y el piano
al que le faltaba el do más grave,
pero la misma luna sigue iluminando
a la niña desde el puente de atrás.

Descarriado



Uno se va cuando en el vaho
siente el aroma de otra celda
que había confundido con nido.
Desde una torre de control
alguien traza barrotes sobre el azul.
Pero el pájaro ama el viento 

que lo empuja de mar a mar.






Recordar



Nada hay desordenado en tus sentidos,
me dice una voz que llega de pronto;
¿quién te dijo que para escuchar
necesitas los oídos,
qué vara, mujer, os aniquiló la visión,
qué máscara de la razón la palabra?
Tu corazón nada sabe de números
pero dirigirá tus pasos
como el más avezado patrón
y el más honesto crítico.
Y al igual que hace mucho, mucho, mucho,
recordarás el milagro de respirar.