Has llegado de un viaje muy largo
donde nadie podía acompañarte
con las manos y los pies
confundidos de extenderlos
en un vacío que te evitaran caer.
Tus primeros pasos fueron seguros
cuando la vida aún era levantar
las manos para tomar los dones
que tus ojos de una galaxia verde
y lejana alcanzaban lejos a ver:
la flor que me ofrecías sin cortar,
las nubes que traían promesas,
los viajes alrededor del mundo
sin salir de la isla, sin salir de la cama.
Y hoy han vuelto las estrellas
a tus ojos y los dones a tus manos,
hoy tomas conciencia de alguien
que lleva mucho tiempo esperando.