Adiós

No vendré más.
Ya lo dije todo.
Me dibujé en el lago de tus ojos
creando una ficción
donde sólo vivía yo.
Tan dentro era mi amor.

Tan viejo...

Redención


Púrgame este llanto viejo
que sólo quede lluvia
fresca, emoción rosada
que envuelva mis células
y las aligere,
viérteme tu sangre,
súmate a mí, o mejor,
multiplícate en mí,
en un requiebro de plasma
eterno,
quítame, sin que me entere,
las hebras de los ojos
con tus manos trasparentes,
y, sobre todo,
cántame en sueños pero dime
la canción: que yo recuerde,
al despertar,
nítidas las palabras que me salven.

A partir...

A partir de un determinado momento, no puedo precisar cuál, quizá nadie lo sepa, la vida se parece a ese jersey de lana favorito que algún incauto metió en el programa de centrifugado no apto para prendas delicadas. Y estiras y estiras los días, pero no dan más de sí. Y te metes el jersey a duras penas, pero vas algo encogida.