Nana para María

El musgo es hacia abajo 
y las raíces se pelean enzarzadas, 
de los charcos sobresalen 
cuatro ranas y dos sapos 
que bucean en la superficie. 
Ellas no tocan el laúd ni la citara 
no esperan ser salvadas, 
ellos no cabalgan a lomos 
de un hermoso corcel blanco, 
son Appaloosas que no se 
dejan montar nunca. 
Bosteza, memoria mía, 
quédate ya dormida al son 
de esta nana perfecta, 
que invierta la causa y efecto. 
Date la vuelta, memoria, 
tu cara no me interesa, 
enséñame el reverso de todos 
los cuentos, o mejor, 
quédate dormida 
que luego yo me lo invento