que late dentro,
no quiero taparlo más,
ya no lo temo.
No quiero cambiar
el vestido a la muñeca,
aunque este viejo y raído,
ni alicatar los baños,
ni trasegar más versos.
Fabriqué el recipiente,
le di la forma adecuada
y ahora puedo verlo.
Está vacío.
Y está muy lleno.