No escribo poemas de amor


Mi cuerpo ya no ondea al viento, se va quedando algo rígido como una sábana no descolgada de su línea de secado, después de aguantar muchas lluvias, muchos soles.

Mi mano no escribe poemas de amor, demasiado pensamiento plomado impide volar mis versos, apenas despegan un poco, caen de bruces al suelo y se marean en círculos que no convergen, muriendo los pobres ahogados víctimas de rimas que se cuelan, ancladas y aceleradas.

Sin embargo, mi alma quiere decirte algo, pero, ¿ cómo hago para que mis palabras vuelen y acaricien tu cuello si las entronco y no las suelto? Quiero desplomar mis versos, que aleteen por tus rodillas, que trepen desde tu vientre y en su desfile hacia arriba vibren y tiemblen tus tripas, y ya empiezo a caer en lo mismo...

Tal vez el silencio lleno de palabras te explique mejor lo que siento, y hable mejor de ausencia, de anatomía, de sexo.

Mi mano no escribe poemas de amor, no los que yo quisiera leer.

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