no necesito más coartadas
para dar esquinazo a la realidad.
Con el pie izquierdo doy un puntapié
a esos programas-tan programados-
de la razón.
Me voy a jugar un rato contigo,
quítate los zapatos y ven.
Tú, que me has enseñado
que la cruda realidad
está tan poco hecha
que derrama sangre
por los cuatro costados.
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