Aunque llevara mil máscaras,
tú me reconocerías.
La raíz siempre estuvo oculta
bajo tierra ardiente
y la tuya cerca.
Al mandato ajeno
nos talaron mil veces:
demasiado alto, demasiado estrecho,
poca fronda, rama seca…
¡Pero cuánto vigor, amor, nos dieron!
https://youtu.be/EP7dbAS1kOQ
ResponderEliminarYo quiero sentir los cañaverales vividos; soñados e imaginados como redención. Límites de juncos que hacen de mí, memoria más fértil, un presente inexistente que permite la belleza.
ResponderEliminar