No se llena el cupo de amar
pero los versos sí se cansan
y terminan durmiendo en contenedores
reciclados del primer mundo
junto a envases de leche y cartones,
oliendo las lágrimas
que se quedaron junto a un cristal.
No se llena el cupo de amar
pero la voz sí se cansa.
Se cansa...
Nunca habría que cansarse de luchar por lo que vale la pena.
ResponderEliminarPrecioso poema “a pesar de todo”, María.
Muchas gracias. A seguir remando...
EliminarLo que merece la pena...hay que pelearlo...como la vida misma...
ResponderEliminarY vos...que sos una luchadora nata..lo sabés...y yo con vos,porque te conozco...Maravilloso poéma...
Te quiero mucho, Amelia.
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