Habrá postre
Conducía sin ton ni son
entre vehículos furiosos
como palos de ciegos
que tantean un suelo de arcilla.
El ruido de las bocinas mataba cruelmente
el propósito de Bach.
Desisto, no habrá postre,
cuando de pronto un Dios mayor
desde su silla de ruedas
me sonríe y me deja pasar.
Muchos dioses mayores que conozco..utilizan silla de ruedas..¡Es su trono..!!
ResponderEliminarPrecioso poéma..��������
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