Voy a encontrarte
para traerte a la materia
de estos locos días de junio,
para volver a tocar la corteza terrestre
y des velar
este sueño en el que llevo
prendida como un hilo
que queda colgando de una hebra
de tu alma,
y va balanceándose lento
e imperceptible,
y a veces miras y parece que no está
y después vuelve y revolotea
entre las pestañas
tan cerca, tan siempre.
Dame tu mano y ayúdame.

Ayúdame a soltarlo.

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