si no predices el tiempo,
ni pones recta la brújula;
si no te detiene la espera,
ni te apremia la búsqueda;
si no sabes, por no saber, seguir un mapa
y te pierdes en todos y cada uno
de los caminos secundarios...
¿Por qué este empeño
en descifrar el silencio?
Qué extraño manual homeopático:
un veneno de serpiente como antídoto
que te cura o te lleva directa al cadalso.
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