Aversiones

Qué cómplices nuestros odios:
los días señalados,
los verdes oasis humanos
todos los actos licuados
que embalsaman el alma,
los cazadores de ciervos
con sus dientes de oro,
las que renqueantes avanzan
por el peso de las nutrias,
los centros comerciales con
su música ambiente, las parafarmacias...
Amamos el jazz, los niños,
los viejos de ojos tiernos, las calles desiertas
y los silencios,
los silencios,
los silencios,
aquellos que finalmente mataron
nuestras cómplices y amorosas aversiones.

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