Llovió sobre nuestro deseo,
el tiempo dejó mella
en varias esquinas del cuerpo,
como un tapiz de guajiro
que sufre infinitos cambios
y permanece invariable,
así este amor.
Por si te llega mi voz,
antes de quedar dormido:
¿Cómo algo que nunca vino,
pudo no haberse ido?
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