No hay lobos con los caninos 

a medio hacer, 

ni corderos que te desgarran 

la piel, 

no hay señales que obedecer:

por aquí no, por aquí sí,

ni forcejeos con la palabra 

para que diga lo que falta,

no hay sueños en la penumbra,

umbrales donde detenerse 

para no entrar y salpicar 

de oscuridad 

una hoja inmaculadamente 

blanca. 


En la mediana del silencio 

penetra una luz redonda

como en el claro de un bosque,

una luz que viene de arriba 

e ilumina lo que queda debajo,

un cáliz bien abierto,

un viejo pero olvidado camino

lleno de buenos indicios. 

4 comentarios:


  1. Los viejos y olvidados caminos que al andar los han marcado caminos en nuestras almas...Maravilloso poema..

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  2. https://youtu.be/svitEEpI07E

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  3. Eres un faro para todas nosotras y no te das cuenta de eso!!! ILuminas allá donde vas.

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