Viene por las noches a cantarme
y se posa sobre un árbol
cuya copa arrulla
la ventana de mi habitación.
Conoce el peligro de una sombra gris
que, con el lomo arqueado, sueña
que un día de estos equivoque su vuelo
y enmudezca para siempre.
Yo cuido del gato, pero amo al pájaro.
Y es que los pájaros se cuidan solos
ResponderEliminargolondrina...
Gracias, Amelia.
EliminarLo sabes, verdad?❤️