Viene por las noches a cantarme

y se posa sobre un árbol 

cuya copa arrulla 

la ventana de mi habitación.

Conoce el peligro de una sombra gris 

que, con el lomo arqueado, sueña 

que un día de estos equivoque su vuelo 

y enmudezca para siempre. 

Yo cuido del gato, pero amo al pájaro. 

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