La abeja no puede negarse
a colaborar en la colmena,
ni la hormiga a trasladar el grano.
La flor no puede decir no
al que la viene a cortar,
ni la hierba huir de la siega.
Pero el náufrago aparta
el salvavidas,
el visionario cierra sus ojos
a la aurora,
a la aurora,
el amado no abre la puerta
al amante.
El libre albedrío...
El libre albedrío...
Es muy bueno.se podría decir mucho sobre el,pero como es circular no se puede.A no ser que se haga en poética,y para eso hay que estar a la altura,y eso es muy difícil
ResponderEliminarMuchas gracias, Anónimo.
ResponderEliminarUn abrazo.
No le cierre usted la puerta al amor... es de lo poco que nos va quedando... precioso poema, por otra parte.
ResponderEliminarNadie ha dicho tal cosa...
EliminarMuchas gracias por otra parte, Anónimo.
Precioso poema..
ResponderEliminar! El libre albedrio nos hace saber las realidades del otro y nos hace dueño de las nuestras...y su poema es una hermosa realidad.Gracias poete.🌹🌹🌹🌹
Tú sí que eres una hermosísima realidad y una gran suerte la mía contar con tu amistad, Amelia.
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Los interrogantes esos son margaritas que este chisme no las lee...
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