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La casa se ha convertido en hotel,
ya no está el fantasma de la señora.
Se han descubierto los pasadizos
secretos, y han caído los doseles,
los crucifijos, los escudos y el piano
al que le faltaba el do más grave,
pero la misma luna sigue iluminando
a la niña desde el puente de atrás.
Siempre es bueno que los fantasmas desaparezcan... y que la luna siga brillando.
ResponderEliminarHay fantasmas buenos, que nos guían y nos acompañan siempre...
EliminarY el árbol de mi infancia estaba intacto y su savia perfumó mis manos como el más delicado perfume...
Gracias, Anónimo. ❤️
Los fantasmas los creamos nosotros...y la luna brilla solo cuando la dejamos..nuestra mente es nuestra luna..
ResponderEliminarY un sol tu corazón, Amelia...
Eliminar❤❤❤❤
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