Llevé la nave como pude,
haciendo equilibrio entre la gravedad
de las rocas y la liviandad del cielo.
Era mi responsabilidad cuidarla
y conocer sus tiempos:
dejarla mecerse pero también luchar.
Me llevó muchas vidas saber
que las mareas engañan.
Arriesgué mi nave creyéndola inmortal.
Las naves de los poetas son sus poemas...y realmente,son inmortales.y en éste caso,además ,bellisimo..Gracias 🌷🌷🌷🌷
ResponderEliminar