Negrita
Para que no lloraran sus ojos peinaba su crin con flores de lavanda.
Es la naturaleza, decían, que hizo su mirada acuosa...
pero esa yegua lloraba.
Miraba a veces el cielo donde pasaban nueve zanahorias blancas y me llevaba a un lugar cercano
al arroyo para que oyera el silencio del agua.
El murmullo sinuoso predice su forma, decía.
En esos días eternos
donde la luz no menguaba,
supimos que las cosas hablaban.
Es cierto que las cosas hablan...pero sólo a personas que saben escucharlas y entenderlas.
ResponderEliminarEs un hermoso poema....Mucho🌷