He encontrado las cenizas de un muerto
dentro de una caracola.
Me pregunto si son las tuyas,
-es extraño el uso del posesivo
referido a esta arena gruesa-
¿tuyas?, ¿de ti?...
El tartamudeo del viento
no sabe, pero el mar responde sin duda:
una contadora de historias
buscó este lugar.
No es mal lugar para dormir...una caracola...!Y en ella un libro de poemas de Begoña..!Precios o poema...mil gracias..!!🌷
ResponderEliminarQué bonito, poemas de otros envueltos en olas de mar y gemidos de viento o escondidos en las piedras y en los fósiles que al tocarlos se nos revelan o en la piel o en los ojos de los que amamos... Por cierto, en estos tuyos hay mucho de qué hablar...😍
EliminarMi madre con su nieto era como tú con tu bis, todas las noches antes de dormir le contaba historias, de Machu Pichu, de Kenia, de Roma donde una fuente de los deseos lo iba a convertir al fin en Power Ranger rojo...
EliminarRecuerdo a Jon con siete años aferrado a esa urna con sus nudillos blancos y preguntándome si podía cambiar su deseo cuando echara una moneda en la Fontana de Trevi. No le pregunté el deseo. Aún le debo ese viaje a mi hijo...
Siempre tendrás tiempo para viajar con tu hijo..de otra manera,quizá...
ResponderEliminarMis hijos se dormían siempre,leyendoles algo,Que casi núnca eran cuentos...Tu puedes leerles tus poemas,No para que duerman...pero si para que despierten..🌷🌷🌷🌷🌷🌷