Ay de aquellos que osan llamarse ángeles,
que apelan a la bondad
como elemento tangible,
como entidad corpórea
que puede palparse en la materia
sin sueño, que juegan y apuestan
en juicios rápidos y objetivos
sin más prueba que subjetivos daños:
los propios, los suyos, de ellos,
que creen volar y miran desde el subsuelo,
el relieve de un hormiguero
al que llaman universo,
y toman la miel de la abeja
sin dar las gracias y, aún más triste,
sin saborearla.
Pero hacen suya una tesis
de la textura, del aroma, del color.
Y después reverencias y humildad y movimiento
de manos...
Si...pobres de ellos,si no comprenden que todos somos Ángeles caídos.. .!
ResponderEliminarUn poéma precioso.Gracias Begoña
🌷🌷
Pues mira por donde que creo que tú sí que lo eres
Eliminary no caído precisamente...
Tal vez porque no he podido levantar el vuelo..??🌷
ResponderEliminarPorque no has tocado el suelo...
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