Sostengo con fuerza una taza en mis manos con un líquido ardiente dentro. Y me quemo, aún así la agarro firmemente. No es que tema que se rompa. Pero pronto se pondrá el frío, lo sé, y mis manos se llenarán de sabañones y justo recordaré esta taza. Está abrasión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario