La pluma como percutor
que corta, taladra y golpea
la masa pétrea.
Mientras, van cayendo lascas
de diferentes formas y tamaños
que esparzo por las esquinas.
No atiendo el núcleo compacto
que queda, ni aplico sutura alguna
al punto de desgarro.
Pero observo con precisión de orfebre
las diminutas lancetas y con las más impuras
fabrico mi collar.
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