la entrada a otro lugar,
acceso a diferente hueco,
es imperceptible la pausa:
una vacilación del pie izquierdo
como si invocara algún credo.
Pongo especial cuidado
en que la frenada no sea en seco
para que quien venga detrás
no se golpee en mi espalda.
¿Por qué esa dificultad
si desde que somos sólo hay dos
umbrales que valgan?
Y no creo yo que en ellos
umbrales que valgan?
Y no creo yo que en ellos
tenga opción de mucho titubeo.
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