Quisimos abrir, sin cortar,
los alambres del corazón,
quisimos mover, sin levantar polvo,
los escombros en el alma.
Caricias con las que alicatar
los espacios rugosos,
palabras con las que cubrirlos
de mosaicos azules y malvas.
Se nos olvidó limpiar
antes de acometer la obra.
Y la malla. Para saltar.
"Hay que espabilarse, si eres trapecista, y saltar sin red..." Pero, claro, eso da miedo.
ResponderEliminarGran poema.
Si, o volar más bien…
ResponderEliminarLa malla también sirve para fijar el alicatado😌
Muchas gracias.
Sé tú. No trates de encajar en ningún sitio.
ResponderEliminarTú con tus rizos al viento, con tus cejas salvajes, con tus manos cortadas por las cuerdas de tus caballos amados.
Tú está mejor que bien.
Alambre y más alambres, porque la razón están rígida? Porque no se buscan las líneas tiernas del amor?
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