Quise reconstruir para ti una ciudad blanca.
Tú también la soñaste momentos antes de quedar dormido.
Pero vino el día a demoler estrellas,
quisieron alicatarla con una argamasa de moscas,
con un cemento muy frío.
Y comenzamos a simular una especie de olvido.
No obstante, una imagen perduraba:
en un tiempo impreciso esperaba un extenso verdor,
para echar a volar, para mostrar nuestras cartas
de formas sin forma, de canto sin ruido.
Qué sabrá la gente de “construcciones”...
ResponderEliminarhttps://youtu.be/w7uQFWkVm0s
Ohhhhh, hace mil años que no la escuchaba.
EliminarMe encanta. Se la pongo ahora a mi hija para bailar!!
🌺🌺🌺
Bailen... y disculpen la intromisión... alguien me ha recordado otras danzas ;)
ResponderEliminarLa danza
Y de pronto, sin venir a cuento
-y son tan aburridos esos "cuentos"-,
te pones a bailar
por el pasillo y te deslizas
dejándote llevar
no sé si por la música que suena
o por otra que tú escuchas.
Sorprendes mi mirada y te detienes...
Otro de esos momentos
en los que desearía
verte sin que me veas
para que el baile
no se acabara nunca.
Bello poema, Santiago. Muchas gracias por traerlo. 🌺🌺🌺
ResponderEliminarGracias a vos, Begoña, por dejarme “okupar” tan hermosa construcción ajena. 😊😊😍😍🌼🌼
EliminarEs un diálogo para dos,escrito desde la eternidad..Yo no soy.😘😘
ResponderEliminarTú eres. Y gracias por ser, mi gran Amiga hasta el infinito y mucho más allá...
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