Hospital


En una sala de espera,
en medio de un enorme pasillo
con aviso de radiación,
pasan camillas con suspiros
arrebujados bajo las sábanas
y mirada remota.
Pido a Dios que sea un regidor
más amable, que les envíe un guiño,
que levante esas ruedas,
que cambie el decorado...

Se abre una puerta y sale
una hermosa Madona,
con la cabeza rapada.
Me sonríe y siento el abrazo
de lejos. Y todo cambia.

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