(A Alícia Navarro)
La alfarera sobre la copa del árbol
dispone los esmaltes y cuece el barro
y entre las sombras del bosque
vislumbra los paisajes del alma.
El aire que modela entre las manos
antes de materializarlo le da una idea
del contenido de la vasija: una liebre,
un leopardo, una hormiga o un colibrí.
El cuenco está listo. Y parece vacío.
La gente no sabe que está lleno.
Imagina que Dios hace algo parecido.
La poeta es alfarera de sueños..!
ResponderEliminarPrecioso poema.🌷🌷🌷
La poeta es alfarera de sueños..!
ResponderEliminarPrecioso poema.🌷🌷🌷
Qué bonito... Mil gracias, Amelia. ❤️
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