(Los que no la conocen
no la nombran, ni siquiera
se acuerdan de ella.
Se hace muy evidente
en casi todos los idiomas.
Ay, los comparativos:
esos más y esos menos,
o peor -esos taimados tan-
por no hablar de los superlativos
que en nuestra lengua
se hacen notar más.
Mucho más.)
...Y qué guerra da.
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