El musgo es hacia abajo
y las raíces se pelean enzarzadas,
de los charcos sobresalen
cuatro ranas y dos sapos
que bucean en la superficie.
Ellas no tocan el laúd ni la citara
y no esperan ser salvadas,
ellos no cabalgan a lomos
de un hermoso corcel blanco,
son Appaloosas que no se
dejan montar nunca.
Bosteza, memoria mía,
y quédate ya dormida al son
de esta nana perfecta,
que invierta la causa y efecto.
Date la vuelta, memoria,
tu cara no me interesa,
enséñame el reverso de todos
los cuentos, o mejor,
quédate dormida
que luego yo me lo invento
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