Parece que también las piedras hablan

y se quejan de mis paseos

junto al río y lloran

cuando la luna las alumbra 

porque sienten el peso 

de una soledad que tanto 

aúlla tu ausencia. 

Es la misma luna, la misma sombra, 

las mismas piedras que dejé en la isla. 

La misma soledad viajera. 

2 comentarios:

  1. La soledad suele "ir por dentro"... por eso nos acompaña incluso, a veces, estando acompañados. Precioso poema, en todo caso.

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