Vals

Un amor a tres tiempos
como en una pieza de vals 
de comienzo lento e indeciso, 
donde eran viejas las preguntas 
y las respuestas tan nuevas. 

Fue deshaciéndose la madeja,
los pies acompasados 
a un ritmo ágil, decidido
de espaciadas preguntas 
y respuestas más viejas. 

El ovillo se quedó sin ropaje
y los pies giraban por inercia:
ritmo vertiginoso, las estrellas 
se disolvían. 
Nos quedamos sin respuestas 
y murieron las preguntas.

3 comentarios:

  1. Los buenos poetas,conocen las respuestas a todas las preguntas...quizá porque ellos lo son...Precioso poema.Gracias.❤❤❤

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