Dos cantos de una misma roca.

Dos cantos rodados,
como los que recogía de niña
y pintaba con los colores
que ahuyentaban a los monstruos.

Dos cantos que, antes de chocar
entre sí, sufrieron alguna mella
en desagües y limaron sus bordes
con rosas.

Dos cantos que al asomarse al abismo,
se dejaron caer. 
                                         Y se vieron. 

2 comentarios:

  1. Maravilloso poema..!! Los cantos rodados convertidos en verso..!
    ❤❤❤❤❤❤

    ResponderEliminar
  2. Canto pero no rodado eres tú, Amelia.

    ResponderEliminar