Que crecieran sus hijos,
que acabaran en la universidad,
que se casaran,
que nacieran sus nietos...
A ver si da el paso, decías,
quizá en una casa más grande,
con una habitación extra
para todos sus libros,
y una terraza con vistas a Igueldo
para que pudiera pensar...
La biblioteca se quedó sin libros, 

la terraza sin pensamientos
y tu alma llena de lienzos
a medio pintar.

3 comentarios:

  1. Todos dejamos siempre lienzos a medio pintar... incluso quienes no sabemos dar ni brochazos. Me encanta su poema, Begoña.

    ResponderEliminar
  2. Si,todos dejamos lienzos a medio pintar...o emborronamos de tristeza algunos...Un poema bellisimo Begoña...Gracias..🌷🌷🌷🌷

    ResponderEliminar
  3. Libros por leer, ciudades por describir, melodías por oír...pero qué bien poder emocionarse uno con todo lo que aún te mueve...
    Abrazos por dar, como el que te di hace ahora tres años, Amelia!!!

    ResponderEliminar