Estoy en un banquillo
sin saber de qué se me acusa.
Señalan un corazón de barro
sobre la mesa de las pruebas
y me preguntan si lo reconozco.
Y niego con la cabeza.
Traen otro de piedra
y después otro de arena.
La mesa se llena de corazones
negados. No laten.
Quietos. Tristes. Ásperos.
No los reconozco.
...Un millón de silencios rojos te delatan, tu corazón es el de una poetisa que grita sentimientos, que siente y deja sentir, es evidente que no los reconoces...<3
ResponderEliminarGracias, Ana. ❤️
EliminarFaltó que te llevaran el mio...Tu lo habrias conocido.Y él tambien ❤❤❤❤
ResponderEliminarEl tuyo baila y vuela, no está sobre una mesa...
EliminarY es enorme. ❤️
Bego-a, las mujeres que escriben así son bombas atómicas...
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