Espero en la consulta inventando qué decir hoy:
“sí, ya cuento menos”
“sí, hoy me gusta el número de su edificio”
“no, no me fijo en las baldosas
ni en los colores que persiguen
los sueños de la gente,
ni siquiera en sus ojos anodinos
y cansados que si los fijo
me agotan y me dejan exhausta”.
“Por lo demás, no me duelen las manos
ni los dedos, con ellos acaricio
lo que quiero y me lleno de energía,
los brazos mejor también...”
ahí es cuando recuerdo no taparme con ellos
para demostrar mi actitud abierta,
“sí, el aire no me falta
y a veces me sobra en cuanto salgo de aquí
y camino por lugares no marcados."
¿Sabe usted?
Hay algo en su cara que me irrita
no sabría decirle qué, en sus modos aprendidos,
en su voz modulada, sin música,
como si dijera la lección
al profesor de primaria.
Creo que voy a decirlo: que me aburre,
que no vendré otra vez, que todos sufrimos,
que quizá usted más, que tal vez,
que quién sabe, que mucha suerte,
que le vaya bien.
Me encanta. Sincero, sencillo. Me ha recordado a Szymborska. Gran poema, de verdad.
ResponderEliminarNadie puede analizar a nadie...solo cada uno conoce sus "claves" y aún así, resulta difícil. ..Un canto a la liberación...Muy buen poema...!!
ResponderEliminar