Déjame...

Déjame
morder tu aire,
embeberme de él.
Ya no me basta el mío,
no es suficiente, amor.
No existe connivencia
de mis pulmones,
se cruzan de brazos
en huelga y no quieren colaborar.
Aspirar tu tierra,
la que tú eres.
Permite que me clave
en ti, no como estaca
ni como puñal,
clavarme en ti como recuerdo,
como ausente presencia,
como ardor de brisa,
ser caricia de mil manos
que te saben,
todas aquellas que la memoria
recuerda, que te conocen
de antes,
de tan antes...
todas las manos que fuimos,
las que seremos.

Transige, concede, autorízame
                                               amor.

2 comentarios:

  1. Querida María, no creo que usted necesite pedir permiso ni autorización para sentir así...

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  2. Sensible...completo...Un verdadero amor condensado,en un bellísimo poéma. ..

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