A partir...

A partir de un determinado momento, no puedo precisar cuál, quizá nadie lo sepa, la vida se parece a ese jersey de lana favorito que algún incauto metió en el programa de centrifugado no apto para prendas delicadas. Y estiras y estiras los días, pero no dan más de sí. Y te metes el jersey a duras penas, pero vas algo encogida.

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